Faster #23

1995. El año de las televisiones privadas, el walkman y la consola. Podría haber elegido cualquier otro momento, pero yo escogí precisamente ese año para hacerme mod

Desde que Serrat firmó el epitafio de la gran oleada mod en España (1966-1971) cantando su lapidario ‘aaaaaaaay si un día para mi mal viene a buscarmeee la parkaaa’, numerosos críticos y expertos han coincidido en señalar que la salud del movimiento, a pesar de los episodios de euforia modernista en los 80, nunca se ha recuperado. De hecho, en ‘Regulín-Regulán: un Diagnóstico del Movimiento Mod en España’, el informe definitivo sobre el tema, la conclusión a la que llegan todos ellos es que no va a ser posible recuperarlo nunca

Nunca

Nunca

Nunca

Sin embargo, a mediados de 1995, yo estaba seguro de que la mejor respuesta a las hostilidades del entorno estaba en hacerse mod

Fijaos en cómo estaban las cosas por aquel entonces… 

A pesar de lo que hayan podido contaros acerca de la imagen de la Joven Coruña de principios de los 90, la verdad es que, si pedís mi opinión sobre nuestra apariencia, sobre nuestra fachenda, os diré que fue una época de llorar, la peor que se ha visto allí

Para que os hagáis una idea de lo desangelado que estaba todo, y sin profundizar en las pintas de las bambinas, que se maquillaban y se peinaban como señoras mayores, pero al mismo tiempo calzaban botazas negras de plataforma (mitad madres, mitad pornocyborgs. Resultado: el horror) sabed que la opción mayoritaria en moda para pavos era el jersey lana de cuello redondo sobre camiseta, vaqueros rectos y náuticos…….Y ya está………..No hay más cera que la que arde…….A correr…….Mi nombre es Juan Nadie

Multiplicad el prototipo que os acabo de describir por 120.000 y ahí tenéis el panorama de una ciudad gris en la que sólo podías gritar ‘carcelero, no te tardes que me muero!’

Pero no creáis que la corriente estética alternativa, por lo menos la más extendida, a la que pertenecíamos yo y mis amigos Dela, Vanchi, Sebio, Mafo, de la Campana, el Loco Salorio y muchos otros, ofrecía algo de esperanza a los corazones. Si acaso, los afogaba un poco más 

A grandes rasgos, nuestras preferencias pasaban por vestirnos todos los días con camisetas de dibujos de Azagra, del estilo ‘Ke Trabaje Rita’ o ‘PGB-Partido de la Gente del Bar’, embellecidas con la cacharrada que sacábamos del catálogo de tiendas Tipo, una especie de Venca de la imaginería juvenil especializado en parafernalia guerrillera y drogota: chineras para el cuello, muñequeras que ponían ‘marihuana’, liadoras del Ché y todo tipo de complementos que servían para que tus padres se enterasen de que fumabas porros

En resumen, cada vez que ponía el pie en la calle, mi generación absorbía la alegría del mundo, así que, previendo que ni el cuerpo más lozano podía aguantar mucho tiempo aquel ritmo frenético, y mientras en media Europa se empezaba a hablar del revival de los coches, yo decidí dar el giro de la baldosa, como dicen los ingleses, y hacerme mod

Mod, mod, mod! Mod, mod, mod! / Con tu traje de chaqueta tienes pinta de mayor!

Otro día contaré aquí lo que me pasó en los dos años que duró mi recorrido y cómo me tomé tan a pecho mi nueva filosofía que opté por una vuelta a las raíces cronológicas del movimiento, es decir, a 1964, deshaciéndome de todos los objetos y toda la tecnología posteriores a esa fecha que había a mi alrededor, lo cual llevó a muchos a pensar que yo no me había vuelto mod, sino que en realidad era un amish

Vilque, telita…

Publicado originalmente el 13/06/07
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