Faster #24
Pensando en los lectores jóvenes más acomplejados, voy a decir una cosa: a vuestra edad yo tampoco era un atleta…………..Y qué?
A vuestra edad yo era como vosotros, un gordito, un tímido al que todo le daba vergüenza, y también, como vosotros, fui hermafrodita entre los 8 y los 10 años, la edad del anaformismo, que si ahora veo las fotos de aquella época, pienso ‘pero vamos a ver, yo era un niño o una niña?’
Y, sin embargo, hoy ya veis dónde estoy, en Orense, con mis cosas, conectado a Internet, a veces solo, con un vaso de vino y mi guitarra, y otras rodeado de gente, pero siempre viviendo. En cierto modo, he logrado convertirme en ese soñador al que le basta con ser libre
Ahora bien, no puedo decir que llegar hasta aquí haya sido la pernera de Topete
Fijaos en el episodio que ilustra la foto, por ejemplo. Ahí no tendría yo más de tres años y medio, y en ese momento estaba con la rodilla escocida de dolor, después de haberme comido el bordillo al tirarme a la piscina con mis vecinos de urbanización. Ellos se habían lanzado unos detrás de otros al estilo veneciano, girando sobre sí mismos tantas veces como les fue posible antes de tocar el agua, cuantas más veces mejor, y yo, desoyendo a los que intentaban disuadirme, quise imitarlos, pero no por enfrentarme a un nuevo reto, sino por no jugar a la diferencia. Quise ser como ellos y me equivoqué
Tomé lo que para mí fue un gran impulso y, en unos segundos, pasé de estar flotando feliz en el aire, pensando ‘soy Greg Louganis! Soy el Puto Cokeeeeeeeeeeee!’ a estampar mi pierna contra el cemento y llorar amargamente, todo por no calibrar la engañosa distancia entre imaginación y realidad, por no saber encontrar, en definitiva, mi propio camino
My own way
El problema es que para un tímido, y más para un tímido gordito, encontrar un camino propio es el paso más complicado, porque la primera solución siempre está en camuflarse entre la masa ruidosa, ser uno más, confiando en que nadie descubra su vergüenza. Os cuento una historia acerca de lo inútil que resulta normalmente intentar disimular la timidez: a los 15 años tuve una novia rubia, guapísima, a la que daré el nombre ficticio de Grony-Morony, y cuando hablaba con ella me ponía tan nervioso, y hacía tal esfuerzo de rigidez muscular para disimular mis temblores, que un día se me disparó el nervio que pasa por debajo del culo, y la nalga izquierda empezó a moverse a una velocidad incontrolable, similar a la que habréis visto en los dientes de las máquinas de coser, arribabajoarribabajoarribabajo sin parar, así que ya os figuráis el panorama, ella diciendo ‘te pasa algo?’ y yo ‘nada, es el móvil’ ‘pero si estamos en el año 94!’ ‘pues claro que sí, ya lo sé…’
……..Qué bochorno……………
En fin, a lo que voy es a que, igual que los ríos tienen que discurrir por los pueblos para que se bañen los niños de allí y haya historias rurales como las de Miguel Delibes, el nervio siempre busca su salida natural, por eso es mejor que lo aceptéis. De hecho, todo el mundo sabe ya que sois tímidos porque os ponéis rojos a la mínima, así que sed como queráis, marchad por la vida sin complejos aunque con límites, claro, es decir, cuando os empiece a salir bigote afeitaos y todo eso, tampoco vayáis pidiendo guerra, y no sé si se sigue estilando lo de ponerle un parche de gasa blanca a las gafas cuando tienes el ojo revuelto, pero, si aún se hace, vosotros no lo hagáis
Vilque, canta en español
Perfectamente hilado, muy chisposo y una inmejorable utilización de la expresión «pernera de Topete». Mis felicitaciones.
Jo, Vilque. Aún recuerdo lo que me reía la barriga de reir cuando leí esto por primera vez en aquel cuartuchín de Luis Ferreira y Alsacianos…