Faster #33
Jichos, vaya noviembre me he tenido que tragar…
En fin, a lo que vamos: hace unas actualizaciones https://vilque.wordpress.com/2010/01/19/faster-23/ empezaba a contar cómo, en 1995, había decidido autoexcluirme del mundo actual y rechazar todo lo surgido más allá de mediados de los sesenta, desde los discos de George Harrison en solitario hasta la Expo de Sevilla o las mountain bikes……
……….Había decidido hacerme mod
Mod, mod, mod!
Mod, mod, mod!
Te compras ropa en Brighton y la luces en León!
Aquél fue un tiempo de quimeras, de luces de candilejas y bombas de palenque, sí, pero, haciendo balance, no puedo evitar que reviva en mi cara lozana un gesto de contrariedad, el mismo que pones cuando alguien te habla de un problema y tú estás pensando en otra cosa
Y es que a mí, que me había reconvertido en mod para imitar los parámetros estéticos de los austeros fundadores del movimiento, a mí, que me encantaba repetir sin parar la palabra ortodoxia hasta que perdía el sentido (haced la prueba: ortodoxiaortodoxiaortodoxiaortodoxia ….al final no sabes ni lo que estás diciendo); a mí, en definitiva, que se me iba la pelota, me disgustó bien ir coincidiendo con el resto de mods y descubrir poco a poco que, en los noventa, el colectivo estaba de saldo:
Mods con bigote, mods que a la parka en vez de llamarle ‘parka’ le llamaban ‘el comando’, ‘la trinchera’, ‘la guerrera’ o ‘la chamarra’, mods que te soltaban: ‘lo del vinilo es un engorro, yo ahora tengo un CD player con forma de radio antigua que pongo el disco en modo aleatorio y escucho la canción que salta, me da igual el orden!’……….Aquello era un zoo
Me costó asumir que la inmensa mayoría de mis nuevos compañeros fuesen unoh revisionihtah, que hubiesen asimilado tendencias de aquí y de allá, y, sin ningún miramiento, las hubiesen acomodado a sus necesidades, como el Barón de Lorna acomodaba su pollera sobre la montura antes del combate
Cuando salía el tema en las concentraciones, todos se excusaban argumentando lo mismo: me hablaban de adaptarse a los tiempos, me hablaban del zeitgeist, y del zeitgeist, y del zeitgeist…hasta que yo no podía más:
‘Dale con el zeitgeist y del zeitgeist! Vosotros habéis estado escuchando a Radiohead!’
Defraudado, sólo me consolaba pensar que la situación era igual que en la Fábula del Cartujo y el Jesuita, cuando el Jesuita le decía al cartujo:
– Cartujo, tienes que pensar en el futuro. Mientras tú te apolillas en esa celda cutre donde moras, sin más decoración que las hojas de berza blanca que pones a secar en tu ventana, míranos a nosotros…Mira qué colegios estamos montando en el centro para que vaya lo mejorcito…Y en Semana Santa nos llevamos a los chavales a la nieve!
-Ajá…
– Y lo del rollo minimal en el culto ya no tiene sentido, cartujo…Mira nosotros los altares que tenemos, llenos de figurines, mira qué profusión de columnas retorcidas que no sostienen nada…Que es todo para ornamentar, cartujo! Y va todo en dorado!
El cartujo, cansado de las impertinencias del jesuita, sacudió con rabia su gran capirote, y gritó:
– Bueno, esto ya es el colmo! Escúchame bien, jesuita: puede que vuestros excesos barrocos molen en el siglo XVII, pero cuando llegue el siglo XX a los arquitectos les va a dar por construir edificios blancos a nuestro estilo, sin nada, pelaos, fríos, bonitos pero que te ponen triste, con cuatro paredes desnudas…Y vuestro gusto teatral y recargado va a quedar para amueblar casas de pueblo a medio hacer!…Por no hablar de que os van a expulsar de no sé cuántos países y de la lata que os va a dar lo de Jon Sobrino…
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Visto ahora, cuánta razón tenía el cartujo, verdat?
Pues yo, cabezón por ser buen aragonés como él, me mantuve también firme en mi postura, sabedor de que los sobrios perduran sobre los pintas, y, por encima de todo, fiel al principio de que no puede pretender comer a la carta quien entra en el restaurante del mod, donde sólo hay menú del día: de primero sopa mala y de segundo acelgas frías
Vilque, os acordáis del batacazo que se pegó Kevin Costner con Waterworld?