Estoy con el Rey

Todos estos cremadors de retratos reales, una bendición para las cadenas de revelado con sus encargos masivos de ampliaciones, además de ser pesadísimos, están añadiendo a sus cargas rutinarias un suplemento enorme de dificultad, al obligarse, a partir del momento en que optan por el enfrentamiento, a mantener una coherencia ideológica en todos los estratos de su vida

Porque, vamos a ver, después de haberte tirado tres semanas dando la turra con lo de la ocupación y la opresión, con qué cara llegas al trabajo y pides que te den los días del puente del 12, el de la fiesta nacional? Tú, que prefieres que te llamen feo a que te llamen español? No way, man!

Ojo, que yo lo entiendo perfectamente. Ante un festivo, no hay ideología que resista. Remoloneando en la cama el viernes por la mañana, calentito bajo las sábanas, ni el más chiflado de los independentistas va a poder reprimir un impulso de emoción, y muchos de ellos se sorprenderán diciendo entre dientes…’Joder, qué a gusto se está…Viva el Día de la Hispanidad!’

Sinceramente, creo que lo que ocurre con estos jóvenes iconoclastas es que ninguno se ha parado a pensar en que ser un sedicioso, ser un armadanzas del copón, ser, en definitiva, un tarambana revolucionario, es un incordio. Un engorro. Un trastorno no sólo para ellos, sino para todos los que tendríamos que sufrirlos si su causa triunfase

Consultemos con la historia. Qué han hecho los revolucionarios cada vez que han llegado al poder, además de poner de moda nuevos atuendos y sombreros, desde la pelliza de Lenin a las Doctor Martens de Fidel Castro?

Pues complicar las cosas tanto como han podido

En Francia, por ejemplo, a los jacobinos se les ocurrió cambiar el calendario…
Me habéis oído bien? Cambiar el calendario!! Pero por qué? Y, encima, rebautizando los meses con nombres de camiseta interior como ‘Termidor’ o de alcalde rural como ‘Nivario’…..Aquello fue peor que cuando en El Corte Inglés se reúnen los jefes de planta a principios de año y programan la temporada:

‘ Bueno, venga, cómo le llamamos a febrero?…Veamos…Usted, el del fondo’
‘El Mes del Textil!’
‘Eso, eso!’
‘Excelente, Nivario, le espera un gran porvenir en esta empresa. Hizo usted muy bien en abandonar la alcaldía de su pueblo’

Alguno dirá que quién se acuerda de lo que sucedió en Francia hace dos siglos, que las propuestas revolucionarias del siglo XXI son muy distintas, pero yo estoy seguro de que si un levantamiento prosperase hoy en día, pongamos por caso, en Orense, aquél caos se reproduciría casi con exactitud, y probablemente copiando los mismos delirios de entonces

Me puedo imaginar al portavoz del Directorio que asumiese el poder, saliendo al balcón principal de la Plaza Mayor para anunciar a la multitud las nuevas normas de aplicación inmediata:

-Buenos días!….Mirad, hemos decidido que a partir de ahora vamos a regirnos por el calendario zaragozano!
-Bien!
-Y vamos a cambiarle el nombre a los meses, no os lo perdáis!
-Muy bien!
-Tomad nota de la lista, que aún la tenemos a medias porque no nos ha dado tiempo de inventar más:

Enero se llamará Marcelo
Febrero – Harry Potter
Marzo – Marzo, éste no cambia
Abril – Doctor García Sánchez
Mayo – Feel the Power
Junio – los Beatles

-Oye!
-Sí, el señor del plumífero, qué quiere?
-No os cargaréis los dibujos de las fases de la luna del calendario, no? Que si no yo no me aclaro!
-No, hombre, no, mientras estemos nosotros aquí las fases de la luna no se tocan!
-Bien!
-Muy bien, muy bien!
-VIVA ORENSE!

Vilque, los jacobinos eran crueles y sanguinarios pero, paradójicamente, tenían nombre de dulce y esponjoso bizcocho

Publicado originalmente el 10/10/07